Sexting: el juego peligroso

Es el intercambio de textos, imágenes o videos de contenido sexual a través de teléfonos móviles por consentimiento o bajo presión. Se considera como comportamiento asociado al sexting tanto el producir como el recibir el contenido, sin embargo, en la mayoría de los casos quien sufre las consecuencias es quien realiza y envía el contenido.

Según “Sexting, una amenaza desconocida”, un estudio realizado en más de 3500 personas en Latinoamérica por eCGlobal Solutions en el 2013[1], el término es desconocido para un 70% de los encuestados, sin embargo, 39% reconoció haber enviado contenido sexual de sí mismos. Un 19% reconoció solo recibirlo. El 66% consideró que no es un problema relevante.

El estudio concluye que esta práctica es el insumo de acciones de “Sextorsión, ciberbullying, pornografía infantil y daños al honor, intimidad e imagen son los principales problemas que se pueden derivar de esta práctica”.

En Estados Unidos, en la franja de edad de 13 a 18 años, son más chicas (65%) que chicos (35%) los que envían sexting a través de SMS o e-mails[2].

Cómo funciona.

Algunas personas comenzaron con el sexting con el intercambio de palabras a través de un chat, mensajería de texto o redes sociales, en una conversación con su amigo, novio o pareja y ésta fue tornándose cada vez más erótica hasta terminar con la realización de fotos o videos. Algunos incluso consideraron que era una muestra de madurez, afecto o complacencia dentro de una relación sentimental, “ya que es vista por muchos como una forma de exhibirse, coquetear o mostrar su compromiso en una relación”.

Sin embargo, muchos no tienen precaución de que al momento de terminar la relación la otra persona queda con todo el material enviado y está a disposición de su intensiones o expectativas. De acuerdo con McAfee, empresa desarrolladora de antivirus, “una de cada 10 personas implicadas en una ruptura sentimental amenazó con publicar online una foto reveladora de su ex pareja y el 60% cumplió dicha amenaza”[3].

Es posible identificar tres motivos por los cuales puede una persona realizar sexting: 1) juego erótico que hace parte de la relación, 2) Exhibicionismo y 3) destacarse dentro de un grupo de amigos[4].

Qué puede generar[5]

1. Exposición a pederastas, sitios pornográficos, acosadores y extorsionistas.

La perdida de control sobre la imagen o video producido puede generar que éste sea publicado en un lugar pornográfico, sea utilizada como un medio de acoso o incluso de extorsión.

2. Delitos penales.

En Colombia como en muchas partes del mundo es delito tener material sexual de menores sin importar la edad de quien las porta, es considerado como pornografía infantil y es, afortunadamente, condenable por la legislación nacional e internacional.

3. Riesgos sicológicos y sociales.

“Una persona cuya imagen o vídeo erótico es distribuido sin control puede verse humillada públicamente y acosada (ciberbullying si es entre menores), y sufrir graves trastornos a causa de ello”[6]. Muchos no soportan la presión y terminan en suicidio.

Recomendaciones.

Para los padres:

1. Diálogo. “Hay numerosas pruebas de que la activa implicación y diálogo de los padres es el factor de protección más fuerte que existe en este terreno”[7].

2. Pague las facturas de celular. “Recientes estudios afirman que el porcentaje de menores que practican sexting se quintuplica entre los que pagan totalmente sus propias facturas de teléfono frente a los que no lo hacen o solamente pagan una parte”[8]. Asumir el pago representa también control, supervisión y negociación con el adolescente.

3. Privacidad no significa exclusión. Fomentar el desarrollo de una vida privada no es excusa para que el adolescente realice actividades sin la supervisión de sus padres. Enseñar, acompañar y establecer normas para fomentar la privacidad son responsabilidades de los padres.

Para los hijos:

1. Tu cuerpo no es un objeto de deseo. Aunque esta sociedad, los medios y la publicidad te llenen de imágenes en las cuales te presentan como un objeto de deseo, la realidad es que no lo eres. Tienes sentimientos, ideas, sueños, un espíritu. No permitas que otros te utilicen para sus apetitos.

2. Recuerda, solo con los años conocemos realmente quienes son las personas que verdaderamente nos aman, que van a darlo todo por nosotros y estarían dispuestos a entregarlo todo porque seamos felices. Tus padres llevan los años que tienes demostrándote su amor. Escúchalos.

3. Finalmente, la principal recomendación es: ¡no lo hagas! Los riesgos son muy altos para un momento de emoción, los niveles de seguridad y control muchas veces son ineficientes y las consecuencias pueden perdurar por muchos años. “Cuando envías una información pierdes el control sobre ella y su destino. Piensa antes de publicar”[9].

El mensaje de Dios

La Biblia nos dice que Dios nos creó a su imagen y semejanza (Gen. 1:26). Nuestro cuerpo por tanto no tiene como finalidad ser un instrumento para la perversión, los placeres desbordados e irresponsables ni para fomentar dolor y sufrimiento. Dios lo creó para reflejar su “cualidades invisibles, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina” (Rom. 1:20). La maravillosa forma de nuestro cuerpo es reflejo de las insondables y majestuosas cualidades de quien lo creó. Por tanto, nuestro cuerpo es para glorificar a Dios, para honrarlo, para afirmar con él lo que Dios es. No somos un objeto de deseo, somos un motivo de adoración.

Por otra parte, Dios creó el sexo y lo bendijo como la máxima muestra de unidad, compromiso y amor. “Llegarán a ser una sola carne” (Gn 2:24) es una voz que comprende las dimensiones propias de las sexualidad. El mundo de hoy afirma que es en lo efímero y pasajero que se puede encontrar la plenitud sexual. Avala y en muchos casos promueve los encuentros casuales, sin compromiso y amor. Separa, desintegra al ser humano y lo coloca en el marco de relaciones netamente físicas. Limita la expresión sexual a un asunto de impulsos, de necesidades y simples placeres. Eso es totalmente contrario a la voluntad de Dios. La relación sexual que Dios diseño son aquellas en donde el compromiso mutuo, la entrega total, el reconocimiento público y el amor pleno se manifiestan. La plenitud sexual es aquella en la que se involucra todo el ser, no solamente lo corporal. Es aquella en donde las promesas son una realidad en el diario vivir, en donde se muere cada momento al egoísmo y se empeña por darlo todo con el fin de que el otro y uno sea una sola carne “hasta que la muerte los separe”.

Aquel que solo ofrece o demanda un insignificante momento de placer no sabe ni es capaz de dar una vida llena de la emoción de amar con todo el ser.

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[1] Pantallas Amigas & Otros (2013). Sexting en Latinoamérica – Una amenaza desconocida. Disponible en http://es.slideshare.net/pantallasamigas/relatoriosextinglatamesp-130502145645phpapp02
[2] Cox Communications. Teen Online & Wireless Safety Survey. Cyberbullying, Sexting and Parental Controls. Disponible en http://www.sexting.es/wp-content/uploads/guia-adolescentes-y-sexting-que-es-y-como-prevenirlo-INTECO-PANTALLASAMIGAS.pdf
[3] El sexting en la pareja: una bomba de relojería que estalla al llegar la ruptura de la relación (2013). Disponible en https://sexting.wordpress.com/2013/02/19/el-sexting-en-la-pareja-una-bomba-de-relojeria-que-estalla-al-llegar-la-ruptura-de-la-relacion/
[4] Pantallas Amigas & Otros (2013). Sexting en Latinoamérica – Una amenaza desconocida. Disponible en http://es.slideshare.net/pantallasamigas/relatoriosextinglatamesp-130502145645phpapp02
[5] Basado en http://www.sexting.es/peligros/
[6] Ibíd.
[7] Centro de Investigación Innocenti IRC. (2011, December 17). Investigación publicada por UNICEF advierte de que los adolescentes publican fotos de tono sexual en Internet. Disponible en https://sexting.wordpress.com/2011/12/17/investigacion-publicada-por-unicef-advirete-de-que-los-adolescentes-publican-fotos-de-tono-sexual-en-internet/
[8] Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación INTECO. (2011). Guía sobre adolescencia y sexting: qué es y cómo prevenirlo (pp. 1–21).
[9] Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación INTECO. (2011). Guía sobre adolescencia y sexting: qué es y cómo prevenirlo (pp. 1–21).

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