Ciberacoso: el asesino anónimo

Es toda agresión deliberada que un individuo o grupo ejerce sobre alguien de manera reiterada y sistemática utilizando mensajes de texto, correos electrónicos, chats, blog o redes sociales. Aunque puede manifestarse como burla u obsesión por indagar sobre alguien (stalking), el ciberacoso tiene también una dimensión más profunda o terrorífica. En algunos casos el acosador busca extorsionar, confundir, enfermar psicológicamente o llevar a la locura o al suicidio a su víctima[1].

De acuerdo con la experta Dra. Parry Aftab, el ciberacoso son “amenazas, hostigamiento, humillación u otro tipo de molestias realizadas por un adulto contra otro adulto”[2]. A diferencia de el ciberbullying que ocurre entre menores en el contexto escolar.

Según el estudio hecho por Net Children Go Mobile en Europa un 23% de los jóvenes en edad escolar han sufrido acoso a través de medios electrónicos[3]. “Según cifras reveladas por la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Fundación Telefónica, el 55 % de los jóvenes han sido víctimas de ciberacoso” en Latinoamérica[4].

Cómo funciona

Un elemento importante que le da poder a este fenómeno es el anonimato y la rapidez de la información. En el acoso físico se conoce quien es el agresor, en el virtual es posible que no. De acuerdo con Sonia Livingstone, investigadora del estudio Net Children Go Mobile, quienes participan en el ciberacoso en su mayoría lo hace de forma anónima, lo que hace “más fácil atacar a otras personas”, que sumado a la rapidez de la internet logra “que los mensajes de acoso y las imágenes que se cuelgan en la red pueden extenderse rápidamente. Es algo que es difícil de contener”, añade la experta[5].

Otra elemento en el ciberacoso es la falta de solidaridad con la víctima. El acosador encuentra un público que alimenta su agresión, la soporta y en muchos casos, la extiende. Los acosadores pasivos son aquellos que viendo las acciones de acoso las comparten, juzgan a la víctima, la rechazan, la persiguen. “La gente puede pensar que sólo es una broma… pero no puedes ver a la otra persona, cómo se está sintiendo o su reacción”, asegura Livingstone. Un estudio de la Universidad de Harvard concluyó que una persona cuando está “frente a un computador y no ante una persona tiende a bajar la guardia ética, por lo tanto se da libertades un en otro contexto no se daría”[6].

Agresores, espectadores pasivos o activos agudizan la crisis para la víctima, la cual ya no tiene espacios de refugio ya que los mensajes de ultraje a través de medios virtuales invaden todos los rincones. El colegio, la familia, el trabajo, el barrio, en todo lugar, la víctima encuentra miradas recriminatorias, burlescas, acusadoras por los mensajes de acosador.

El ciberacoso puede entonces comenzar cuando una persona acepta la solicitud de enviar una foto de su cuerpo (sexting) a una persona recién conocida en un chat. Ésta después de recibirla amenaza con publicarla si no se cumplen sus demandas, las cuales pueden ser por sexo, dinero o actos específicos (sextorsión). Cuando la víctima no accede, el acosador cumple su amenaza y publica en redes sociales, envía por correo electrónico a padres, familiares, amigos y conocidos las imágenes. La presión comienza, el infierno se desata y la última medida para muchas víctimas es terminar con su existencia. Este es el caso de Amanda Todd, una joven que tan solo con 15 años se suicidó después de sufrir por más de dos años el ciberacoso. Antes de suicidarse dejó un video en YouTube en donde narra su tragedia que ha sido visto más de 19 millones de veces[7].

Qué puede generar.

“El impacto es tan fuerte, aseguran los expertos, que las víctimas guardan silencio, no buscan ayudan, caen en el pozo profundo de la depresión hasta tomar decisiones fatales”[8]. Algunos especialistas en el campo determinan que un víctima del ciberacoso desarrolla como reacción a su crisis no hablar con nadie de lo que está sucediendo. El silencio es una demanda hecha por la mayoría de los acosadores. No informar sobre lo que está sucediendo y denunciar a quien está generando esa condición crítica de la víctima que impide ayuda en medio de su problema. La víctima tiene esta actitud por múltiples factores, entre ellas, la amenaza del acosador, el miedo a la burla, el rechazo social y la presión personal o colectiva de que la víctima debe saber resolver sus problemas[9].

Recomendaciones

Para los padres. 

Antes de juzgar el comienzo recuerde el impacto de las consecuencias. El señalar la falta de prudencia o la ingenuidad de su hijo al enviar la fotografía, aceptar al desconocido o participar en la conversación que generó el acoso hará sentir culpable a la víctima y justificará el ataque del acosador. El culpable siempre es el acosador, no la víctima. Acompañe a su hijo con comprensión, entendiendo que, como en la mayoría de los casos, la inocencia juega en contra de su hijo.

Fortalezca la identidad de su hijo reafirmando que su contexto social es importante pero no determina lo que él es. Afírmelo con aprobación, manifestaciones de afecto, comprensión. Recuerde que afuera de su casa hay toda una comunidad que le señala, se burla de él y lo recrimina. No asuma el rol de los acosadores. Acompañe, acepte, ame, solidarícese con su hijo, ahora más que nunca le necesita.

No espere que su hijo resuelva solo el problema. La compañía, la orientación comprensiva, la ayuda y en muchos casos la paciencia serán una poderosa alternativa para superar la crisis.

Escuche su problema y reconozca su importancia para su hijo. No es un asunto de niños o tonterías de su hijo. Es el mundo de él el que se le está viniendo encima.

Para los hijos

Busca ayuda. No estás sola o solo. Tus padres, profesores o entidades de gobierno o no gubernamentales están para apoyarte. El acosador está cometiendo un delito y tú eres la víctima, por tanto, todo está orientado y dispuesto para defenderte, protegerte y garantizar tu bienestar.

Habla de lo que te está pasando. El silencio es el arma de tu acosador. No te calles. Denúncialo.

Recoge evidencia. Graba todas las conversaciones que tengas con él, captura las imágenes de pantalla, recoge evidencia que sea útil al momento de capturarlo y enjuiciarlo.

__________________________________________________________

[1] López, Á. (2015, October 29). Acosada en la red. Larazon.es. Visto en October 29, 2015, de http://www.larazon.es/historico/5044-acosada-en-la-red-HLLA_RAZON_500923
[2] Flores Fernández, J., & Casal Lodeiro, M. (2008). CiberBullying (pp. 1–8). Madrid: Pantallas Amigas.
[3] Mascheroni, G., & Cuman, A., (2014). Net Children Go Mobile: Final Report (with country fact sheets). Deliverables D6.4 and D5.2. Milano: Educatt.
[4] http://www.mintic.gov.co/portal/604/w3-article-2757.html
[5] lainformacion.com. (2014, July 7). Aumenta cuatro puntos el número de menores víctimas de ciberacoso. Revisado en October 29, 2015, de http://noticias.lainformacion.com/mundo/aumenta-cuatro-puntos-el-numero-de-menores-victimas-de-ciberacoso_O6DsvTtKMMmsgkj8EuFEd2/
[6] Díaz Sotero, P. (2015, July 5). Los desafíos del “Homo digitalis.” Elmundo.Es. Bilbao. Revisado en October 29, 2015, de http://www.elmundo.es/ciencia/2015/07/06/55995569268e3e4b5f8b4573.html
[7] https://www.youtube.com/watch?v=ej7afkypUsc
[8] Mera, A. (2014, June 22). El ciberacoso, un fenómeno que crece a la velocidad de la internet. Elpais.com.Co. Cali. Revisado en October 29, 2015, de http://www.elpais.com.co/elpais/cali/noticias/ciberacoso-fenomeno-crece-velocidad-internet
[9] Gordon, S. (2015, July 31). 8 Reasons Why Victims of Bullying Do Not Tell. Bullying.About.com. Revisado en October 29, 2015, de http://bullying.about.com/od/Victims/a/8-Reasons-Why-Victims-Of-Bullying-Dont-Tell.html

Deja un comentario